Categorización y contextualización en la práctica de AA. MM. y deportes de combate.
Resulta esencial comprender para un practicante de artes marciales, sistemas de defensa personal, o deportes de combate, las características de la disciplina que estudia y práctica, del entorno, sus limitaciones, y de las exigencias del entrenamiento en función de las necesidades que busque.
Si determinamos una base de entrenamiento anual de 48 semanas (y de 4 semanas de descanso), con unas horas de carga semanal de hasta 30 horas, podríamos clasificar en función de las horas dedicadas a dicho entrenamiento estas tres tipologías generales de practicante:
Recreacional: aquel que invierte menos de 7 horas semanales al entrenamiento de su disciplina. Sus objetivos pueden ser mantenerse en forma, divertirse, el crecimiento personal, o aprender defensa personal básica. Y además no tiene como finalidad competir contra otros atletas de su misma disciplina.
Englobaríamos en esta primera categoría al practicante promedio de artes marciales; y a agentes de seguridad pública y privada, y a militares, todos ellos de unidades regulares o conscriptos.
Amateur: aquel que realiza un entrenamiento regular de rango igual o superior a 7 horas e inferior a 18 horas semanales (dedicación parcial). Sus objetivos pueden ser la competición a nivel amateur, o el aprendizaje de la defensa personal a nivel medio o avanzado; o ambas finalidades.
Englobaríamos a los atletas de nivel amateur, a agentes de seguridad pública y militares pertenecientes a unidades de élite y de operaciones especiales, y escoltas de V.I.P.
Profesionales: aquellos que dedican semanalmente a su entrenamiento un rango igual o superior a 18 horas y hasta alcanzar las 30 horas. Sus objetivos son lograr una carrera deportiva y profesional en su disciplina.
Serían los atletas de deportes de combate que tienen un contrato con un promotor o una empresa privada; y los atletas de nivel olímpico o equiparables, becados y con soporte de entes públicos. Todos ellos con dedicación plena a su entrenamiento deportivo.
También hay que contextualizar y definir las características de las artes marciales, deportes de combate, y la defensa personal en tres grandes grupos:
Ámbito deportivo: es un entorno controlado, con un reglamento deportivo con reglas y prohibiciones, con categorías de peso, sexo, edad, y nivel técnico del adversario, se pueden periodificar los eventos deportivos a los cuales se participa. En general combates de uno contra uno. Y las modalidades pueden ser:
- Formas (con mano vacía o con armas tipo dummy), ya sea individual o en equipo, para desarrollar una secuencia de técnicas de manera predeterminada, coreografiada, y colaborativa si es en equipo. Se requiere acondicionamiento físico y tecnificación.
- Golpeo / Striking, a su vez en función del nivel del contacto y potencia del golpe se pueden subdividir en light contact, semi contact, y full contact (al K.O). Se requiere acondicionamiento físico, tecnificación, y combate libre con oposición.
- Grappling, con sumisiones y derribos, de pie y en el suelo, y sin golpes. Se requiere acondicionamiento físico, tecnificación, y combate libre con oposición.
- Mixtas, se pueden combinar técnicas de golpeo y de grappling, y también el uso de armas de entrenamiento preparadas para tal fin y no letales. También se requiere acondicionamiento físico, tecnificación, y combate libre con oposición.
Ámbito de la defensa personal: es un entorno no controlado e impredecible. Se requiere acondicionamiento físico, tecnificación, y combate libre con oposición. Y conlleva estas características:
- Asimétrico, el defensor suele actuar bajo unas reglas (morales y normativas), pero puede que el agresor no las respete.
- Sin categorías de peso, sexo, edad, y nivel técnico.
- Posibilidad de múltiples adversarios-agresores.
- Posible uso por parte del agresor de armas prohibidas y/o letales (armas blancas, contundentes, y de fuego).
- Protección a terceros (acompañantes) en la escena de la agresión.
- Hay que saber defenderse tanto de pie como en el suelo.
Es misión de los entrenadores y formadores explicar a los alumnos el objetivo, contexto, limitaciones, y finalidades de la disciplina que vas a enseñarles, y no generar una falsa expectativa.