En el sistema de defensa personal israelí Krav Magá también se trabajan los puntos de presión al igual que artes marciales como el Jiujitsu, el Hapkido, o el Aikido a fin de causar dolor a un agresor e inhabilitarlo, y reducirlo.
Los puntos de presión son zonas del cuerpo humano (tendones, músculos, o ligamentos) que al manipularlas y aplicar una presión causan dolor al afectar al sistema nervioso, y también pueden provocar una inmovilización temporal. La utilización de estas técnicas nos pueden ayudar a liberarnos de un agarre, de una estrangulación, u obligar al agresor a soltar algún objeto o arma que lleve consigo durante la agresión.
La manipulación puede ser mediante el golpeo directo a una zona del cuerpo humano, o ejerciendo presión ya sea mediante nuestras manos, dedos, aplicando palancas, o mediante algún objeto cotidiano (bolígrafo, llaves); o en el caso de agentes de la Policía usando la defensa o extensible reglamentarias.
Debemos ser conscientes de que no siempre estas técnicas pueden ser efectivas al cien por cien, puede que el agresor este bajo los efectos de alguna substancia estupefaciente o psicotrópica que afecte a su sistema nervioso, por la naturaleza propia de cada persona y su tolerancia al dolor, porque en una situación real nuestro propio estrés nos condicionará la aplicación correcta de la técnica, o bien porque una agresión real es una situación caótica y el atacante estará en continúo movimiento entorpeciendo nuestra labor defensiva.
También debemos tener en cuenta que existen zonas muy sensibles del cuerpo humano que debemos evitar golpear o manipular, para no causar un daño excesivo y desproporcional, durante el acto de la defensa personal.
Imagen: Esquema de puntos vitales y de presión extraída del manual de defensa personal militar "US Army Combatives".