lunes, 27 de noviembre de 2023

Reflexiones sobre la defensa personal (iii)

Reflexiones sobre la defensa personal y el Krav Magá (iii)

A los instructores y formadores de cualquier arte marcial, deporte de combate, o sistema de defensa personal se les presupone que deben de tener un amplio conocimiento de la disciplina que enseñan, pero no sólo desde el punto de vista técnico y táctico, sino también deben ser conscientes de la finalidad para la cual fue creada dicha disciplina.

Aunque lo anterior debe ser algo evidente, hay muchos casos que los instructores no conocen las raíces y aplicaciones reales de su disciplina, y meramente transmiten lo aprendido, por repetición y tradición, sin ahondar y reflexionar sobre lo que enseñan a sus alumnos.

Las causas pueden ser por una baja calidad formativa recibida de la asociación o federación a la que pertenecen, otras por escoger un camino rápido para lucrarse y establecer los conocidos mcdojos, y otras por pereza del futuro instructor por conocer la disciplina que ha aprendido y pretende enseñar.

En general podemos establecer que una disciplina de carácter marcial puede tener estas finalidades básicas:

  • La defensa personal (a su vez puede ser civil, policial, y militar).
  • La competición deportiva (formas y combate).
  • La conservación y preservación histórica del arte marcial.
  • Mejorar las condiciones psicomotrices y de salud del practicante.

Cada disciplina marcial puede tener una de estas finalidades o varias de ellas. No hay nada malo en ello, siempre que el instructor sepa para qué fue creada su disciplina, e informe a sus alumnos de la verdadera finalidad del arte. Lo peligroso es cuando por omisión o bien adrede, no se transmite esta información al alumnado.

En lo que compete a la defensa personal (y el Krav Magá), el instructor debe contextualizar las técnicas de defensa personal, conocer la legislación vigente, realizar ejercicios con oposición, y la practica libre con un compañero tanto lucha de pie (sparring) como en el suelo (randori) es fundamental. Además de seguir un plan de acondicionamiento físico del practicante y un programa formativo a largo plazo sin atajos para sus alumnos. En general, cualquier sistema de defensa personal debe de basarse en estas premisas.

Si quieres enseñar un determinado arte marcial, sé racional y sincero con tus alumnos, explica las limitaciones de las técnicas, no ofrezcas una falsa sensación de seguridad a tus alumnos, y diles para qué fue creado. 

Si tu arte tiene como finalidad una expresión artística o estética, no lo vendas como defensa personal. Si en cambio tu disciplina está centrada únicamente en la defensa personal no hagas creer a tus alumnos que pueden vencer a un practicante de deportes de contacto en una competición deportiva. Y si enseñas un arte marcial de carácter deportivo, explica a tus alumnos los peligros de las agresiones fuera del ámbito reglamentario de un torneo.


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