Reflexiones sobre la defensa personal y el Krav Magá (v)
Hay una cita célebre del Maestro Imi Lichtenfeld que dice así: «El Krav Magá debe ser accesible a todas las personas que quieran aprenderlo –sean fuertes o débiles, hombres y mujeres, jóvenes o adultos.»
Aquí se hace mención a que la enseñanza del Krav Magá debe ser universal, sin importar sexo y la edad, y que no es una disciplina elitista. No obstante, es una de las frases de Imi que peor se han interpretado (ya sean involuntariamente o bien intencionadamente). No son pocos los mcdojos de Krav Magá que emplean de manera fraudulenta para generar falsas expectativas a los incautos alumnos.
Cualquier futuro practicante de Krav Magá debe ser consciente que el aprendizaje de este sistema (y en general, de cualquier arte marcial o deporte de combate) exige una regularidad en el entrenamiento e implica un esfuerzo físico mayor o menor en función del uso que se le quiera dar (sólo ponerse en forma, uso profesional policial, competición, etc.) ; y de lo anterior el alumno debe considerar si tiene alguna lesión o patología que sea incompatible o que pueda afectar a su salud durante la práctica del Krav Magá, y es una cuestión que tiene que abordar con su especialista médico.
A raíz de lo anterior, muchos mcdojos también adaptan esta frase para comercializar que la condición física del alumno no importa, y es otra falsedad. Dejando de lado, de si el futuro alumno tuviera problemas de salud, un deficiente estado físico incide negativamente en el desempeño de la defensa personal. Y las habilidades físicas básicas (fuerza, velocidad, resistencia, y flexibilidad) hay que ejercitarlas y asentarlas, ya que son factores que potencian a la técnica. Otro falso dogma relacionado con lo anterior: creer que sólo con técnica puedes llegar a reducir/defenderte con éxito a un agresor.
Por otro lado, evidentemente que el Krav Magá debe de enseñarse a cualquier persona indistintamente de su sexo; pero para la defensa personal hay que ser conscientes de las limitaciones físicas que existen entre hombres y mujeres si se produce una agresión. En la calle no existen divisiones de sexo, peso, edad, o niveles de grado de experiencia en combate. Los delincuentes para cometer los delitos aprovechan cualquier ventaja que exista.
Finalmente, la cuestión de la edad. El Krav Magá puede ser aprendido desde la infancia, o cuando es una persona adulta, y también puede seguir siendo practicado durante muchos años más. Lo anterior, no quita que conforme las personas envejecen el rendimiento deportivo merma, y hay que realizar una adaptación del entrenamiento. Y, evidentemente, a la hora de aplicarlo en la defensa personal, el practicante debe ser conocedor de sus limitaciones (tanto si saca provecho del factor de la edad o le supone una desventaja) a fin de realizar el acto de defensa legítima de una forma proporcional y racional.